Exposición: «Un grito en blanco y negro. Estampa popular y sus epígonos»
Idea y desarrollo: Miguel Figuerola y Museo de León
Comisariado y textos: Miguel Figuerola
Montaje: Estilo Espacio_E
Agradecimientos: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
La exposición se organiza en concurrencia con el XI Encuentro Internacional de Investigaciones sobre el franquismo, que se celebra en la Universidad de León, del 16 al 18 de este noviembre.
El Museo de León presenta la obra gráfica de un movimiento social y reivindicativo convertido en imágenes artísticas, un grito en blanco y negro que resonó dentro de una España gris. Bajo el nombre “Estampa popular” numerosos artistas de la geografía española levantaron su voz en forma de gesto pictórico para denunciar el discurso oficial y ofrecer una alternativa sincera. Esta colección, expuesta por vez primera, ofrece una visión retrospectiva de aquella entereza hecha papel que aún hoy conmueve.
Estampa popular fue un movimiento artístico de carácter antisistema, formado por un colectivo de creadores que entró a formar parte del panorama cultural nacional a finales de la década de los cincuenta. Se inicia en Madrid y, con posterioridad, se extiende a otras ciudades y zonas de la península: Andalucía, País Vasco, Valencia, Cataluña o Galicia.
Estampa Popular surgió con una clara concienciación política y debe entenderse como parte de la lucha que se estableció en la década de los sesenta, desde distintos frentes, contra la dictadura franquista. En sus orígenes tuvo mucha importancia la presencia del Partido Comunista, principal oposición del régimen franquista hasta los años setenta, personificado en artistas como José García Ortega (Arroba de los Montes, Ciudad Real, 1921-París, 1990) o Agustín Ibarrola (Basauri, 1930). De hecho, suele fijarse el inicio del movimiento en noviembre de 1956, cuando José García Ortega expuso, con otros dos artistas, en la Galería Alfil de Madrid.
Esta exposición pretende mostrar al público la labor que realizó ese colectivo de artistas para mostrar otra realidad, distinta a la que, oficialmente, publicitaba el régimen de Franco. En su temática estuvieron presentes los graves problemas sociales que tenía el país, la preocupación por las condiciones laborales de los obreros fabriles y, sobre todo, campesinos, de tal forma que los trabajadores del campo ocupan muchas de las imágenes que se elaboran en esa época. Las carencias de este colectivo estaban muy presentes en los discursos intelectuales y políticos de los años sesenta: caciquismo y dependencia laboral, precariedad, carencia de infraestructuras y dificultad de acceso al bienestar. La carencia de vivienda digna en las ciudades y el chabolismo, estaba también iconográficamente presentes en la obra de Estampa Popular, así como la problemática industrial y obrera.
Por otro lado, comienza una ácida crítica hacia algunos exponentes del proceso de aculturación que empezó a generarse en la España de los sesenta, debido, fundamentalmente a la televisión. Pero, a lo largo de la década los temas se hicieron más globales: los derechos humanos, la inmigración, la igualdad, La guerra de Vietnam, el comunismo cubano, etc. Y los derechos y el papel meramente sexista con que se contemplaba a la mujer.
Al igual que es complicado proponer una nómina exacta de los creadores que colaboraron en este movimiento es también problemático determinar el momento en que termina. Para algunos críticos, los más estrictos, Estampa Popular desaparece en 1964, tras la exposición dedicada a Miguel Hernández en Madrid. Para otros, no obstante, se prolongará en el tiempo hasta 1975, año del fallecimiento de Franco, pues parece lógico considerar que su fin se produzca con la llegada de la democracia. La exposición recoge, además, a manera de “epígonos” la obra de autores comprometidos con el movimiento de Estampa Popular que una vez disuelto este continúan creando en fechas posteriores tanto en distintos lenguajes (arte pop, abstracción, etc.), como en soportes diferentes: impresión de libros y carátulas de discos, álbumes, carteles, diseño…
Características generales del arte de Estampa Popular
- Utilización generalizada de la técnica de grabado, en sus múltiples posibilidades
- Expresionismo gráfico
- Realismo. Frente a la hegemonía de la abstracción Estampa Popular supuso un regreso a la figuración y al realismo en el arte.
- Preocupación social
- Uso, para sus trabajos artísticos, de soportes inusuales: tarjetas postales, tarjetas de felicitación o calendarios. Carátulas de discos o carteles.
La exposición tiene una lectura artística y también histórica. Artística porque las obras que se muestran son realizaciones de pintores, dibujantes y grabadores que deciden utilizar diversas técnicas de estampación -fundamentalmente monocromas- para exponer su visión de la realidad en que vivieron. En este objetivo las obras se convierten en documentos históricos que retratan una forma, disidente, de entender los problemas del mundo circundante, durante la etapa tardofranquista.
Así pues, el visitante que se acerque a esta exposición podrá contemplar, por un lado, trabajos realizados por los miembros de Estampa Popular, durante las fechas en que este movimiento artístico estuvo vigente y por otra parte obra de carácter socio-político realizada en los años sesenta y setenta, por artistas no vinculados expresamente a aquel movimiento.
Por último, se muestra también obra realizada por los artistas vinculados a Estampa Popular con posterioridad al fin de la dictadura pudiendo contemplarse tanto las continuidades como las rupturas que unos y otros siguieron en su rumbo creador. Es aquí, en este último apartado, donde cobra sentido el subtítulo que alude a los epígonos.
La colección que se muestra ha sido cedida por un coleccionista privado y supone una de las mayores ocasiones para estudiar este movimiento artístico que ha sido ya objeto de muestra en otros
La exposición en los medios
La Nueva Crónica, «La resistencia al Franquismo que se apoyó en el arte»