El 23 de julio de 1976, promovida por CCOO y todavía en la ilegalidad, tuvo lugar una importante asamblea de trabajadores y trabajadoras en la ciudad de Burgos. Asistieron unas 8.000 personas y se celebró en los solares del antiguo cuartel de Caballería, lo que hoy se conoce como Paseo de Atapuerca, y el espacio que ocupan el CNIHE (Centro Nacional de Investigación de la Evolución Humana), el MEH (Museo de la Evolución Humana) y el FEB (Fórum Evolución Burgos).  Aquella asamblea se llevó a cabo pocos días después de que nuestro sindicato tomase la decisión de convertirse formalmente en una organización sindical. Esto había ocurrido el 11 de julio del mismo año en Barcelona.

Así, la llamada Asamblea de Burgos cobró una importancia singular. Por un lado, como continuadora de la reunión fundacional de Barcelona. Por otro, como una reunión consentida por el Gobierno Civil de entonces, a pesar de que el sindicato no sería legalizado hasta abril de 1977. Como solía ocurrir en la lucha por la democracia, los hechos precedían a los derechos y en ese camino Comisiones Obreras se situó siempre en vanguardia.

Incluso la prensa local se hizo eco de aquel acontecimiento con titulares como: “Esta tarde, acto obrero sobre el futuro sindical en la libertad” o “Hacia el sindicato de nuevo cuño”. También los medios de comunicación modificaban su lenguaje para referirse al sindicalismo, al que hasta entonces habían tratado con absoluto desdén y lo habían señalado como contrario al régimen en vías de liquidación. Baste citar, como muestra de esos nuevos tiempos, que en la crónica que se hizo eco del acto se señalaba que la constante que había presidido las intervenciones había sido doble: “petición de amnistía laboral y sindicatos representativos”. Y se remarcaba que “en ningún momento fue necesaria la intervención de la Policía Armada”.

En la asamblea se invitó a participar en un primer momento a dirigentes obreros de USO y de UGT para propugnar el que en aquellas fechas era un objetivo básico: la unidad sindical. Pero las principales intervenciones correspondieron a Carlos Santiago Goicoechea, Francisco Ubierna Ubierna y Julián Camarero de la Torre, obreros de la construcción, de Telefónica y de Correa, respectivamente. El acto fue cerrado por personas de la dirección del sindicato: Nicolás Sartorius, Antonio Gutiérrez y Jerónimo Lorente.

Cuarenta y cinco años después, en julio de 2021, el Sindicato regresó a ese mismo espacio para recuperar y honrar la memoria de aquellos hechos y de aquellos compañeros y compañeras. Se celebró una nueva asamblea con la participación de Juan Núñez, Francisco Ubierna, Nicolás Sartorius, Antonio Gutiérrez, Vicente Andrés y Unai Sordo. Y se tomó la decisión de dedicar esa fecha en años sucesivos a la organización de jornadas en las que se resalte el papel del sindicalismo en la construcción y fortalecimiento de las democracias en el mundo